HAY VIDA MÁS ALLÁ DE LA LEISHMANIOSIS
Cuando a un perr@ se le diagnostica Leishmaniosis no podemos relajarnos. Hay que preocuparse. Además, como propietario es normal sentir miedo y ansiedad a la hora de enfrentar una enfermedad que puede ser grave.
Aunque ya lo hemos explicado con anterioridad, recordamos que la Leishmaniosis es una enfermedad causada por un parásito transmitido por la picadura de un mosquito (flebótomo) y que esta enfermedad no siempre da la cara. Hay perros que pueden vivir sin mostrar síntomas durante mucho tiempo y otros que necesiten tratamiento desde los primeros síntomas. Un positivo en Leishmaniosis no siempre significa que el perro esté gravemente enfermo.
Antes de seguir hablando de esta enfermedad queremos recalcar que una buena prevención con collares, pipetas o ambos minimiza el riesgo de que nuestro perro pueda contraer dicha enfermedad. Y ¡ojo! No todos los productos que venden, inclusive en farmacias, sirven. Desconfía de collares o pipetas naturales. Las vacunas actuales también son una ayuda efectiva para preparar el sistema inmunológico del perro y que este pueda combatir mejor el parásito.
Existen tratamientos eficaces para controlar la enfermedad, mejorar la calidad de vida del perro y minimizar los síntomas. La diferencia puede estar en la detección temprana de la enfermedad y comenzar con su tratamiento lo antes posible. El seguimiento y cuidado continuo de la Leishmaniosis con controles periódicos acudiendo a su veterinario puede permitir a un perro enfermo de Leishmaniosis vivir una vida larga y feliz.
Recalcar que un perro infectado no puede transmitir la enfermedad directamente a otro perro o humano a través del contacto casual, como el olfateo, juegos o compartiendo comida. La transmisión requiere la intervención del mosquito flebótomo.
Lo más importante es la calidad de vida del perro. Con los cuidados adecuados, el perro puede continuar disfrutando de su vida diaria, jugando, paseando y compartiendo momentos con su familia. Recuerda que tu amor y cuidado son cruciales para la salud y bienestar del perro. Este apoyo es fundamental para ayudar al perro a vivir lo mejor posible, independientemente del diagnóstico.
Estos son los principales síntomas que te pueden indicar que tu perro pueda tener esta enfermedad:
1. Síntomas cutáneos (piel)
- Pérdida de pelo: Frecuentemente alrededor de los ojos (lo que da un aspecto de "gafas"), en las orejas y en el hocico.
- Lesiones cutáneas: Úlceras o llagas en la piel, especialmente en áreas como la cabeza, las patas y los puntos de presión.
- Piel escamosa o seca: A menudo con caspa o costras, principalmente en las orejas y alrededor de la nariz.
- Hiperqueratosis: Engrosamiento de la piel, especialmente en la trufa y las almohadillas.
2. Síntomas generales
- Pérdida de peso: A pesar de un apetito normal o incluso aumentado, el perro puede perder peso de manera significativa.
- Letargo y debilidad: Falta de energía, fatiga fácil, o desinterés en actividades que normalmente disfrutan.
Ante la duda, consulta con tu veterinario. Prevenir, mejor que curar.
Equipo Veterinario Isabel Priego