Las altas temperaturas y nuestras mascotas
Siempre aconsejando y nunca como un diagnóstico que no se puede hacer sin revisar al animal afectado, vamos a hablar de estas calores que en estos días nos están afectando a todos y que a nuestras queridas mascotas, más sensibles a estas altas temperaturas, afectan en mayor medida.
Un día de altas temperaturas puede ser para los gatos y perros un infierno que puede poner en riesgo su vida. Que decir de un animal dentro de un coche un día de altas temperaturas, lo que para los humanos es un bochorno, para nuestras queridas mascotas puede suponer en minutos su muerte.
Los perros no transpiran, y sólo eliminan el calor mediante tres mecanismos: el jadeo, a través de las almohadillas de los pies y zonas con poco pelo como el vientre.
Tenemos que tener siempre en cuenta los siguientes factores de riesgo que pueden llevar a un golpe de calor:
- Temperaturas altas en el exterior.
- Mucha humedad que puede llegar a dificultar la eliminación de vapor de agua del animal.
- Poca cantidad de agua, muy caliente o no cambiada con asiduidad.
- Poca sombra.
- Cuidado con los suelos de asfalto o cemento.
- Problemas de respiración o cardiacos.
- En algunas razas con morros chatos (braquicéfalos) ¡Expecial atención!
- Peso elevado.
- Prohibido el ejercicio físico en las horas de más calor.
- NO DEJAR NUNCA A NUESTRA QUERIDA MASCOTA DENTRO DEL COCHE.
Los síntomas pueden ser:
- Aumentos de la temperatura interna superando los 42º.
- Temblores musculares.
- Negativa a moverse.
- Respiración rápida y muy costosa.
- Aumento del ritmo cardiaco.
- Alteración del color de las mucosas.
- Alteración en la salivación.
Recordar que cuanto más duren las altas temperaturas, más riesgo hay para nuestras mascotas.
En caso de detectar un "golpe de calor" en nuestro animal lo más importantes, de ser posible, es visitar al veterinario "lo antes posible".
- Hay que tener en cuenta que no se debe bajar la temperatura de golpe, esta debe bajar de forma paulatina, no hay que cubrirlo con trapos o toallas húmedas, humedecer la cabeza y el cuello, con un pulverizador sería perfecto, poner un cubito de hielo sobre el puente de la nariz, las ingles y las axilas, humedecerle la boca, sin forzarlo a beber, y sin dejar que beba en exceso y repetirnos en la necesidad de acudir al veterinario lo antes posible.